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martes, 18 de octubre de 2016

“La mujer es defectuosa y mal nacida” Tomas de Aquino



“La mujer es defectuosa y mal nacida” Tomas de Aquino 




Pato Acevedo, el 4.08.12 a las 6:33 AM


¡Vaya que ha dado paño que cortar la entrada anterior! Como ocurre habitualmente, los comentarios de nuestros detractores no suelen apuntar al tema de fondo, sino que tienden a abrir otros flancos solamente tangenciales. En este caso, parece que nadie duda que la situación de la mujer sea mucho mejor en el occidente cristiano que en cualquier otra cultura pasada o moderna, pero a pesar de ello no ven contradicción alguna en sostener que la Iglesia es misógina.

En apoyo de su punto nos aportan esta cita, que atribuyen al Doctor Angélico:


“En lo que se refiere a la naturaleza del individuo, la mujer es defectuosa y mal nacida, porque el poder activo de la semilla masculina tiende a la producción de un perfecto parecido en el sexo masculino, mientras que la producción de una mujer proviene de una falta del poder activo.”

—Santo Tomás de Aquino, Suma Theologica

Si buscamos cualquier frase de este párrafo en Google, el buscador nos devuelve exclusivamente páginas anti católicas, donde se repiten las mismas 4 ó 5 citas de San Agustín, Tertuliano y Santo Tomás, siempre en el mismo orden, y sin ninguna elaboración más allá de “¿Se fijan cómo odian a las mujeres los católicos". Ni siquiera se dan el trabajo de aportar la fuente, como si bastara con decir “Suma Teológica” y ésta fuera un panfleto de 50 páginas que se lee de corrido.

Pero para que no se diga que no tenemos respuesta, hago esta entrada. Y espero que ninguna mujer se ofenda con el título, pero es que así aumentamos su relevancia para los buscadores.



Como ya imaginarán, el primer problema a superar es dónde puede haber escrito Santo Tomás esta cita en la Suma Teológica, monumental obra compuesta de tres parte y un suplemento, que a su vez abarcan 512 “quaestio” o temas, cada uno desarrollado entre un número variable de artículos, que a su vez comprenden 3 a 5 objeciones, una respuesta y las respectivas réplicas a todas las objeciones. Así que no me vengan con “Tomás de Aquino, Suma Teológica", payasos.

Afortunadamente para nosotros, el excelente sitio de Hernán González acude en nuestro auxilio, con una versión de la íntegra Suma Teológica en español y con sistema de búsqueda interno. ¡Muchas gracias, Hernán!

Así nos encontramos con que en la primera parte de la obra, tratando acerca de Dios, se habla de la creación y las criaturas, específicamente de la creación del hombre y en la cuestión 92 de esta primera parte, titulado “el origen de la mujer", se abordan 4 artículos, el primero de los cuales se pregunta “Al producir las primeras cosas, ¿debió o no debió ser hecha la mujer?“.

Para los que no conocen la estructura de la Summa, conviene anotar que cada tema que explora el santo se divide en una serie de preguntas, y que cada pregunta comienza listando las objeciones a la posición ortodoxa, luego se agrega un argumento de autoridad, después viene la respuesta de Santo Tomás al tema, y termina replicando a cada una de las objeciones.

En este caso, la primera objeción a que la mujer haya sido hecha junto con las primeras cosas, se toma de Aristóteles, que, como es sabido, es una de las grandes influencias del Santo.

Señala la Suma (Parte Ia, q.92, a.1):


Objeciones por las que parece que la mujer no debió ser hecha en la primera producción de las cosas:

1. Dice el Filósofo en el libro De Generat. Animal.: La mujer es un varón frustrado. Pero en la primera creación de las cosas no era conveniente que hubiera nada frustrado ni imperfecto. Por lo tanto, en la primera institución de las cosas no debió ser hecha la mujer.

Pues parece que la idea de la inferioridad de la mujer no proviene del cristianismo, sino que se remonta a los griegos, y no a cualquiera, sino al máximo representante de la filosofía clásica. QED en el post anterior.

Es en la respuesta a esta objeción que nos encontramos con el párrafo que parece haber dado lugar a la cita de nuestros detractores. Respondiendo al Filósofo, Santo Tomás dice:


1. Considerada en relación con la naturaleza particular, la mujer es algo imperfecto y ocasional. Porque la potencia activa que reside en el semen del varón tiende a producir algo semejante a sí mismo en el género masculino. Que nazca mujer se debe a la debilidad de la potencia activa, o bien a la mala disposición de la materia, o también a algún cambio producido por un agente extrínseco, por ejemplo los vientos australes, que son húmedos, como se dice en el libro De Generat Animal. Pero si consideramos a la mujer en relación con toda la naturaleza, no es algo ocasional, sino algo establecido por la naturaleza para la generación. La intención de toda la naturaleza depende de Dios, Autor de la misma, quien al producirla no sólo produjo al hombre, sino también a la mujer.

Parece que no es tan feo como “defectuosa y mal nacida", pero “imperfecto y ocasional” todavía no se ve muy bien ¿no?

La clave para entender este párrafo se encuentra en reconocer que al escribir esto,Santo Tomás no está expresando un juicio religioso o de valor acerca de las mujeres, sino solamente constatando un hecho científico… o al menos lo que pasaba por “hecho científíco” en su época. Esto se confirma con la frase con que concluye esta explicación: “como se dice en el libro De Generat. Animal“.

Para entender de qué hablamos aquí, debemos recordar que recién en 1672 el anatomista católico holandés Regnier de Graaf postuló la existencia de los óvulos y su participación en el proceso reproductivo de los mamíferos, gracias a la invención a inicios del S. XVII del microscopio. Hasta esa época (400 años después de que vivió Santo Tomás) los únicos hechos claros acerca de la reproducción humana eran la necesidad del acto sexual, el aporte masculino, y la interrupción de los ciclos menstruales cuando se producía un embarazo, y en cambio el proceso generativo de las plantas era ampliamente conocido.

En este contexto, no es de extrañar que la forma más natural de explicar la generación se sirviera de la agricultura, y así entendieran que, para producir un nuevo ser humano, la semilla (lat. seminis y de ahí semen) del hombre debía encontrar un “suelo fértil” en el cuerpo de la mujer. Esta especulación seguramente se veía confirmada porque algunos flujos menstruales presentaban color similar al ciertos limos, que a su vez resultan ser muy fértiles para las plantas. De ahí también que se hable del hombre como “potencia activa” en el proceso.

Con esta idea en mente volvamos a repasar el párrafo, cuando dice:


Porque la potencia activa que reside en el semen del varón tiende a producir algo semejante a sí mismo en el género masculino.

La lógica es bien sencilla: si planto una pepa de manzana, me sale un manzano; si un cuesco de durazno, un durazno; si un hueso de aceituna, un olivo; y si una semilla de hombre, un hombre. Pero a veces nace una mujer (de hecho la mayoría de las veces, pero los antiguos no tenían forma de saberlo, porque las mataban) ¿Qué ocurrió? La respuesta que ellos daban es que hubo un defecto en el proceso y por eso no resultó un hombre, sino una mujer.

O dicho de otro modo:


Que nazca mujer se debe a la debilidad de la potencia activa, o bien a la mala disposición de la materia, o también a algún cambio producido por un agente extrínseco, por ejemplo los vientos australes, que son húmedos.

Esto es una conclusión científica, de la ciencia del S. XIII, pero ciencia al fin y al cabo. Entonces, lo que hace el santo al reproducirla, no es emitir una opinión religiosa, sino enunciar un hecho científico errado.

No está demás recordar que seguidamente, Santo Tomás repudia que esta conclusión científica tenga aplicación ante los ojos de Dios, cuando agrega:


Pero si consideramos a la mujer en relación con toda la naturaleza, no es algo ocasional, sino algo establecido por la naturaleza para la generación. La intención de toda la naturaleza depende de Dios, Autor de la misma, quien al producirla no sólo produjo al hombre, sino también a la mujer.

Volviendo a poner a hombre y mujer en pie de igualdad, a pesar de la opinión de los científicos.

En conclusión, para los ateos:
Si van a citar, citen bien.
No se metan con lo que no entienden.

Y para los creyentes:
No hay que “casarse” con la ciencia de nuestra época. Ni con la eva mitocondrial, ni con el big bang como el momento de la creación, que los científicos pueden cambiar de opinión mañana y se lo sacarán en cara a los creyentes.

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